Llega el tercer periodo

El periodo legislativo, que se instala hoy, reviste de capital importancia por lo atípico de tener en este tercer año, proyectos del ejecutivo de tan alto calibre, que serán fundamentales para el cumplimiento de las promesas de Gobierno. En medio de una apretada agenda legislativa, frente a la cual existen los más disímiles intereses y posiciones encontradas, debe primar la sensatez y un propósito común de paz política, que en estos momentos es necesario para el impulso del país y su economía.

La continuación del trámite de la reforma laboral, las dos nuevas reformas a la salud y la educación, los proyectos de incentivos tributarios y reactivación económica, la reforma a la justicia, el nuevo Código Minero, así como la reforma a las leyes de servicios públicos, son temas vertebrales en los desafíos que enfrentará el entrante ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, en esta nueva etapa de la relación entre el legislativo y el ejecutivo, en la que esperamos prime el consenso y la altura en el debate.

En medio de los múltiples conflictos que se viven en Colombia, las dificultades económicas en aumento y las brechas sociales que se amplían, el país demanda unidad en todos los sectores. Estamos en los tiempos propicios para soltar los odios que están dominando los corazones, y menguar la falta de empatía que está degradando a nuestra sociedad, sacando lo peor sin permitirle un espacio a la reconciliación. Es hora de hacer un alto y converger en un diálogo constructivo que nos una y acerque a ese mejor país con el que todos soñamos. Si logramos centrarnos en las soluciones, es posible ver la luz al otro lado del túnel.

Entendemos que hoy nos hemos situado en una época que será pieza fundamental de nuestra memoria histórica, porque se caracterizará no solo por profundizar el quehacer legislativo y los debates de control político en procura de salvaguardar las instituciones, despejar las dudas ciudadanas y garantizar la maduración de nuestra tradición republicana, sino por el celoso cumplimiento de los más sagrados valores y principios que encarnan quienes están investidos del espíritu del legislador que a conciencia construye bienestar colectivo.

Mi compromiso como Senador es continuar trabajando por las necesidades más apremiantes del país, estudiaremos con lupa el paquete de reformas que estará en la agenda legislativa, para buscar consensos y apoyar las propuestas que consideremos pertinentes y de beneficio para los colombianos.

Seguiremos insistiendo en los proyectos de corte social en defensa de los derechos de la gente, la preservación del medio ambiente, la educación, el fortalecimiento de la infraestructura del país, la disminución de las tarifas de servicios públicos, el avance de la transición energética, entre otros tópicos.

Buscaremos que las iniciativas del Ejecutivo y el Legislativo avancen en la consolidación de la democracia, que se apoye en las distintas fuerzas políticas que desde la óptica del consenso y el disenso logran la visión de una patria que madura, se reforma y transforma para el bienestar de todos los colombianos, en un clima de convivencia pacífica y pujanza económica.

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