Sombras nada más

“Sombras nada más, entre tu vida y mi vida…” La famosa canción interpretada por Javier Solís sirve para explicar el contexto electoral que se vive en el Magdalena en este momento. La puja de poder entre Carlos Caicedo y Rafael Noya deja, tras su separación, solo las sombras del pasado y los recuerdos de muchos nombres que antes acompañaban a Caicedo y hoy están del lado de Noya. Porque, para Noya, en el Magdalena “caben todos”: aquellos que criticaban a Caicedo y los que se fueron recientemente cuando “no hubo puestos pa tanta gente”.

Caicedo ha elegido a Margarita Guerra para que dé la batalla frente a Noya el 23 de noviembre. En realidad, da igual el nombre que el “emperador del Tayrona” hubiese elegido: la maquinaria y su séquito tienen la orden. La candidata a apoyar es la ex diputada de Fundación, quien hace un par de años fue la “sombra” de Noya en la lista cerrada del caicedismo en la Asamblea.

El Movimiento Naranja, un partido extinto, hoy es solo una sombra de lo que fue cuando eran amos y señores de la burocracia y la contratación en Santa Marta y el Magdalena. Un partido que nunca debió existir, pues no cumplía los requisitos, pero al que el Consejo Nacional Electoral le entregó su personería jurídica en una “feria” de entrega de avales. Hoy, Caicedo tiene que recurrir al partido de las FARC para obtener un aval directo sin tener que pasar por el penoso trabajo de recolectar firmas y presentarse como la “Naranja que fue”. La realidad es que el partido a vencer por todos los aspirantes el que nació fruto de los acuerdos de paz de Santos, Comunes es el que le da el aval a la candidata que en su “suma inteligencia” eligió el “mesías naranja”.

La publicidad y el lema de campaña son los mismos de siempre: la cara de Caicedo junto a cualquiera, “da lo mismo si es un ladrillo, un mico, una muda o un minime”. Para quienes viven de lo que Caicedo ordena, esta forma de hacer política es “lo que toca”. En las camisetas, sin sonrojarse, el lema es #VotaporladeCaicedo, y en las vallas aparece la cara llena de bótox y cirugías del “vanidoso Carlos” junto a la de Margarita Guerra. Sombra nada más de lo que diga el que hace años pone gobernantes, como lo hacían los Cotes antes de la llegada del “salvador del cambio”.

La pelea será entre Noya y “la de Caicedo”, entre las sombras del pasado. Entre aquellos que se fueron del “barco naranja” por los malos tratos que tanto aguantaron cuando había puestos y contratos, pero que hoy se van al barco donde dicen que en el Magdalena “caben todos”, avalado por el Centro Democrático y Cambio Radical, pero con las letras de Petro en la publicidad. Toda una “ensalada rusa” condimentada con quienes se hacían llamar “de izquierda” bajo la cobija de Caicedo, pero que hoy les toca callar ante lo que toca hacer para ver si pueden recuperar algo de lo que perdieron el día que Caicedo decidió que la candidata era su hermana, por encima del “alcalde de Divercity”, que aún sigue merodeando como posible candidato para las elecciones de 2027.

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