El Representante a la Cámara por el Cesar José Eliecer Salazar, respecto al acto legislativo que crea el nuevo departamento SURCARIBE con 28 municipios del sur del Cesar, Bolívar, Magdalena y Norte de Santander, radicado esta semana en el Congreso de la República, manifestó que “no le camina al proyecto” y que “hemos hablado con los alcaldes y ninguno está dispuesto a seguir con esa locura”. Ver.
“Salazar también mencionó que su bancada, conformada por miembros de Valledupar y otros municipios del sur como Gamarra, no respaldará la iniciativa. (…) Además, Salazar señaló que incluso los alcaldes de la región sur del Cesar, incluyendo el de Aguachica, han manifestado su desacuerdo con la propuesta.” Ver
Desde el punto de vista político tendría todo el derecho el Representante Salazar a expresar su opinión sobre este proyecto ciudadano.
No obstante, las declaraciones de Salazar merecen mayor explicación a la comunidad y probablemente a los entes de control.
LA PRIMERA EXPLICACIÓN es la de “hablar” con los alcaldes. El “hemos” deja la idea de que una ostentosa comisión de congresista (s) liderados por Salazar “habló” a los alcaldes de los municipios del nuevo departamento para probablemente presionar su rechazo al acto legislativo de crear un nuevo departamento. Una “hablada” de un congresista a un alcalde no es la de cualquier ciudadano. Menos si es de quien acaba de ser nombrado Presidente de la comisión cuarta de Cámara y es cercano al gobierno.
El escenario es irónico: por un lado un grupo de ciudadanos promoviendo crear un departamento, sin violencia sino utilizando el trámite legal que da la constitución; y por el otro lado un Congresista que dice oponerse a ello, cuando debiese ser lo contrario y ser los debates en el Congreso el escenario para que el Representante Salazar hiciese uso de su función como Congresista, pero no visitando las oficinas de los funcionarios públicos para “presionar” su posición frente al proyecto del nuevo departamento.
¿Estaría el Congresista Salazar utilizando el poder de su cargo para inducir o convencer a los alcaldes de no apoyar el proyecto del nuevo departamento SURCARIBE? En esa “hablada”, que es un papel activo ¿podrían estarse ofreciendo intereses electorales o recursos del estado para incidir en la decisión u opinión de los funcionarios públicos o de particulares, para obtener Salazar un beneficio en forma indebida? ¿Hace parte de las funciones de un congresista la “hablada de Salazar” con los alcaldes de este caso? ¿Con su “hablada” estaría Salazar entorpeciendo el desarrollo de una iniciativa legal y liderada por los ciudadanos?
Si alguna de las respuestas es “si” el representante Salazar ya podría estar incurriendo en probables delitos penales de concusión, tráfico de influencias, abuso de función pública u obstrucción a la función pública, que podrían comprometerlo en prisión, multa y una demanda de pérdida de su cargo de congresista. Con tantos condenados previos es para tomarlo en serio.
Y lo penal se extiende a las probables infracciones disciplinarias del representante Salazar contra el derecho ciudadano a la participación. Por ejemplo, la ley 1625/13 para proteger la participación ciudadana en los procesos de creación de áreas metropolitanas advierte que “Los alcaldes municipales o presidentes de los concejos municipales de los municipios donde se aprobó la propuesta, que entorpezcan la protocolización ordenada en el literal f) incurrirán en causal de mala conducta.”
Son analogías, y me adelanto, que de llegar a las altas Cortes va a sentar un muy interesante referente de defensa de derechos fundamentales como la “participación ciudadana” versus la “posición política” de un Congresista, en la que seguramente no estaba en las cuentas del Honorable Representante Salazar ser el conejillo de pruebas.
Pero el tema no debe quedar allí. En un país violento como el nuestro ¿que vendría después de la hablada del representante Salazar? ¿amenazas, señalamientos o atentados a los inermes ciudadanos promotores de la iniciativa? Como vemos el tema es aún más delicado.
Por ello los entes de control deben actuar para proteger de manera anticipada a los ciudadanos, inermes frente al poder desmesurado del Congresista.
Por ello, desde Aguachica el periodista Euclides Alsina, uno de los líderes y vocero de nuestro departamento SURCARIBE, ya manifestó que va a implementar las acciones legales del caso.
En 2009 en el proceso del nuevo departamento en la Depresión Momposina, fuimos víctimas de los ataques del entonces Gobernador de Bolívar Juan Carlos Gossain quien nos equiparó a “refundadores de la patria”, término para referirse al paramilitarismo, y se supo de su presión a los alcaldes para que no apoyaran la iniciativa, llevando al retiro del alcalde de Mompox, luego de un multitudinario evento institucional en El Banco que molestó bastante al mencionado Gobernador. Entonces los entes de control no actuaron y si se frenó al agresivo Gobernador, al menos en público, fue por la exposición que de su actuar hizo el diario El Heraldo (VER). Hoy Gossain está inhabilitado por corrupción mientras el proyecto del nuevo departamento demuestra tener vida propia sumándose al acto legislativo de SURCARIBE con Aguachica.
LA SEGUNDA EXPLICACIÓN que debe dar el representante Salazar es haber llamado “locos” o “locura” a quienes trabajaron el acto legislativo del departamento SURCARIBE.
Inicialmente es una falta de respeto a la veintena de sus colegas Congresistas que suscribieron el acto legislativo, así que ya veremos a Salazar dando las primeras disculpas.
Y llamar “locos” a los ciudadanos de los municipios donde se obtienen los votos, no solo es torpe en lo político, sino que no es la manera correcta de expresarse de un Congresista y por allí pueden venir también demandas de rectificación. Si bien los votos a Congreso de Salazar pueden no depender de la “opinión” sino de las maquinarias que el grupo político Gnecco coloca a su disposición, no deja de ser contraproducente. Recuérdese aún la torpeza de un candidato a Gobernación del Cesar que llamó “negrito” y “pobre” a otro candidato y las masas terminaron eligiendo al agredido Cristian Moreno. Así que muy pronto veremos a Salazar rectificando su mal chiste.
Y no lo ayuda el tono de “patrón” o dueño del territorio. El territorio de Aguachica o de Gamarra es de sus habitantes, no de algún “patrón” de la capital.
Salazar ha sido secretario de Hacienda, diputado y Congresista, un cómodo y exitoso camino que pudo hacer gracias a que hace 60 años un puñado de “locos” también gestionó la creación del departamento del Cesar, la misma gesta que hoy Salazar llama “locura”. En un Valledupar como el municipio secundario del Magdalena, que era antes de crearse el Cesar, Salazar nunca hubiese logrado las comodidades de las que hoy se ufana y hace uso. Esa misma oportunidad, que Salazar encontró fabricada, hoy se la niega a quienes de manera legítima también quieren hacerlo.
Esos “locos” que impulsaron crear el Cesar, incluidos reconocidos músicos vallenatos como Colacho Mendoza, soportaron iguales ofensas y señalamientos de personas como Salazar. Hoy 55 años después, por los buenos resultados obtenidos, nadie pensaría que crear el Cesar, Quindío o Córdoba haya sido una mala idea, o que deban devolverse a sus departamentos de origen. Los llamados “locos”, según Salazar, terminaron teniendo la razón y luchando para que Salazar fuese hoy un próspero Congresista.
Hoy las culturas vallenata, sabanera y cafetera, se han posicionado internacionalmente como referentes de turismo, desarrollo y cultura, y en ello mucho tuvo que ver el fortalecimiento institucional que les dio la creación de esos nuevos departamentos. Todos son viables y Valledupar y municipios del Cesar lograron disminuir su pobreza en mayor proporción a Magdalena, su departamento de origen. Las cifras y evidencias de mejoramiento por los nuevos departamentos son contundentes y no se puede negar esta misma oportunidad a Aguachica, El Banco, Simití y otros 25 municipios, hoy que hay más herramientas del estado para hacerlo mejor, que las que había hace 55 años.
Quienes impulsaron son bien recordados. Mientras Pedro Castro Monsalvo de Valledupar se opuso torpemente a la creación del Cesar, dando muestras de poca visión política, fue un Magdalenense como Nacho Vives el que impulsó la creación de La Guajira y eso le dio réditos políticos. En El Banco aún recuerdan con poco cariño al político que impidió que este municipio hiciese parte del Cesar. Hoy es una Bolivarense como Cha Dorina quien coloca el pecho en favor de sus comunidades para “reordenar” y “aportar”, no “dividir” ni “quitar”, municipios a Bolívar su departamento de origen para crear un departamento SURCARIBE más eficiente, equitativo y justo. Es legítimo.
Son demasiadas equivocaciones legales, conceptuales y políticos la de Salazar
Sin duda, para la nación y los alcaldes y líderes de los municipios del nuevo departamento SURCARIBE es una gran oportunidad:
En lo político, en los actuales departamentos las capitales Valledupar, Santa Marta, Cartagena y Cúcuta arrasan con el 40% y 50% del censo electoral, impidiendo a los ciudadanos de SURCARIBE acceder a cargos de elección popular en condiciones de equidad. En el nuevo departamento SURCARIBE las subregiones Simití-Sur o de El Banco-Las Lobas tendrían igual o mayor censo electoral que la subregión de la capital Aguachica (17% del censo electoral), garantizándose para todos el acceso equitativo a cargos de elección popular como Diputados o gobernador, algo imposible hoy en Cesar, Bolívar o Magdalena. Eso es mejoría de las condiciones de participación y un ciudadano que va a valorar más su voto porque ahora si puede elegir a su propia gente, su poder de decisión electoral-PDE.
En lo administrativo, la distancia promedio hoy a las actuales y lejanas Santa Marta, Cartagena, Cúcuta y Valledupar es de 430 kms que con el nuevo departamento SURCARIBE bajaría a 68 kms a la capital Aguachica y a El Banco y Simití como centros administrativos complementarios. Bajaría el tiempo de recorrido de 8 horas promedio a 1.5 horas (si, hora y media a la capital en promedio). El ahorro en costos y tiempos de desplazamiento es del 83%. Entidades más cercanas son menores costos, más eficiencia y ahorro de recursos para el estado, las alcaldías y para las comunidades. La distancia mejora la percepción ciudadana de lo público facilitando la lucha contra la corrupción. El territorio de los ahora 5 departamentos aumenta representación en 3 congresistas y 11 diputados nuevos. Como quien dice, con 5 tenemos más que con 4.
En lo fiscal, gracias al ajuste en los índices de pobreza-NBI los municipios de SURCARIBE con su nuevo índice NBI de pobreza del 31,7%, que es mayor que el 22% del Cesar o el 24% de Bolívar y Magdalena, les permitirá acceder a mayores transferencias de la nación, acorde a su real nivel de NBI. A los departamentos de origen no les disminuyen pues les baja también la población por atender, e incluso al Cesar le aumentan las transferencias en términos per cápita. El territorio de los ahora 5 departamentos aumenta sus transferencias en un 9%. Eso es un ajuste del sistema de distribución y focalización de transferencias del estado conforme a criterios constitucionales de subsidiariedad y equidad, un aporte a un fin esencial de estado.
Y la nación no se afecta pues girará las mismas transferencias que ahora se repartirán entre 33 departamentos.
De ese nivel constitucional son los argumentos a favor del departamento SURCARIBE, un evidente fortalecimiento de la descentralización política, administrativa y fiscal, a los que va a ser muy pero muy difícil oponerse, al menos en público.
Así que estos alcaldes y líderes del sur deben escoger cómo quieren quedar inscritos en la historia: Como los “saboteadores” que por miedo injustificado (cobardía) se dejaron manipular de un político de la capital del que nadie se acordará, o como los “creadores” de esta oportunidad, quienes ayudaron a su gente para que se diera un mejor desarrollo con su propio departamento del que mañana serán sus Congresistas, Diputados o gobernadores por el agradecimiento eterno de su comunidad.
Igual que Salazar, pero ustedes con más merecimientos que él.
