En el tejido de la sociedad colombiana, la participación activa de los jóvenes ha sido reconocida como un componente esencial para forjar un futuro inclusivo y vibrante. Sin embargo, la realidad nos confronta con una preocupante deriva: el incumplimiento del Estatuto de Ciudadanía Juvenil, dejando a los consejeros de juventudes elegidos a la deriva. Este desdén no solo impacta negativamente a nivel local, sino que reverbera en el corazón mismo de nuestra democracia, amenazando la vitalidad de la participación juvenil y el futuro del liderazgo en Colombia.
El Estatuto de Ciudadanía Juvenil, concebido como faro de derechos y deberes para los jóvenes, enfrenta desafíos que van más allá de la mera omisión burocrática. El incumplimiento de este estatuto no solo socava las garantías básicas para los consejeros de juventudes, sino que también envía un mensaje devastador sobre la importancia que se otorga a la voz y participación de los jóvenes en la toma de decisiones.
En un contexto donde los consejos municipales y locales de juventud deberían ser la cuna de nuevas ideas y soluciones, el incumplimiento del estatuto abre la puerta a la desilusión. Consejeros elegidos democráticamente quedan atrapados en un laberinto de inacción, privados de la capacidad de influir en políticas y programas que moldearán su propio futuro y el de las generaciones venideras.
Este incumplimiento no es solo una afrenta a los derechos individuales, sino que también es un asalto a la democracia misma. La participación activa de los jóvenes no es un mero acto simbólico; es la esencia misma de un sistema democrático saludable. Al ignorar las voces de los consejeros de juventudes, se socava la confianza en las instituciones democráticas, dando paso a la apatía y la desconfianza.
El futuro del liderazgo en Colombia pende de un hilo cuando se ignora a una generación completa. Los consejeros de juventudes, investidos con la responsabilidad de liderar desde las bases, son desplazados, privándolos de la oportunidad de aprender las complejidades del liderazgo y la toma de decisiones. Este vacío de liderazgo juvenil amenaza con dejar un legado de apatía cívica y falta de compromiso que perdurará mucho más allá de las actuales administraciones.
Invitación a la Acción: Un Llamado al Presidente Gustavo Petro y al Viceministro de la Juventud
En este crítico momento, extendemos un llamado urgente al Presidente de Colombia, Gustavo Petro, y al Viceministro de la Juventud, Gareth Sella. Invitamos respetuosamente hacer un esfuerzo conjunto para garantizar el cumplimiento pleno del Estatuto de Ciudadanía Juvenil.
Es imperativo armonizar el proceso de transición del modelo de participación democrática de la juventud en Colombia. La inclusión de los jóvenes en la toma de decisiones no debe ser una opción, sino un compromiso inquebrantable. Solicitamos a las más altas autoridades que lideren este cambio, trabajando en colaboración con los consejeros de juventudes para restaurar la confianza, reavivar el entusiasmo cívico y sentar las bases de un liderazgo sólido y representativo.
La juventud de Colombia no solo merece participar, sino liderar. La democracia se enriquece cuando cada voz es escuchada, cuando cada consejero de juventud tiene el poder de influir en el curso de su propia historia. Que esta invitación no sea solo un llamado, sino el primer paso hacia un mañana donde la participación activa de los jóvenes sea la norma, no la excepción.