En caída libre continua el sector de la construcción, que mes tras mes confirma el deterioro en sus principales indicadores. Las advertencias que llevan tiempo lanzando, de poco han servido, mientras se agrava una problemática que amenaza con generar graves repercusiones para la economía del país. Revertir el decrecimiento de la industria y mitigar sus problemas debe convertirse en un tema de capital importancia para el gobierno Nacional.
Estamos hablando de uno de los sectores que en los últimos años ha sumado gran dinamismo e impulso a la economía del país, llegando a representar 5,1% del PIB de Colombia. En 2020, 2021 y 2022, solo la rama de construcción de edificaciones, creció a tasas cercanas a 10% en términos del PIB del sector.
El panorama actual es poco alentador. Según la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), en 2023 la venta de vivienda nueva en Colombia sufrió una fuerte caída de 44,9% frente a 2022, con pérdidas calculadas en unos $20 billones. La reducción en el segmento de ventas de viviendas de interés social (VIS) fue de 49,7 %, se pasó de 171.828 en 2022 a 84.468 en 2023. Lo triste es que miles de familias colombianas de estratos 1, 2 y 3 que le apostaron a cumplir el sueño de tener casa propia, hoy no saben si podrán verlo hecho realidad.
El decrecimiento en la construcción de viviendas, asociado a múltiples factores como el alza en las tasas de interés, la inflación, el aumento en los costos de producción, la incertidumbre por las nuevas políticas del Gobierno, entre otros, ha afectado el acceso de los colombianos a la vivienda digna, y el empleo en el sector. Los cambios en el programa “Mi Casa Ya” y las demoras en las entregas de los subsidios han causado que miles de hogares desistieran de la compra de su vivienda. De acuerdo con un estudio de Coordenada Urbana, 31 % de los desistimientos del segmento VIS se produjo por los cambios que realizó el Ministerio de Vivienda en el mencionado programa.
A pesar de que es loable el propósito del Gobierno, de priorizar las entregas de subsidios a las poblaciones más vulnerables, que están ubicadas en zonas rurales y municipios pequeños, en el nuevo programa se ha desconocido el compromiso con las miles de familias que se encontraban por concluir su trámite de compra, quienes hoy se debaten entre dejar perder parte de su inversión de la cuota inicial o asumir los costosos incrementos que se le han trasladado a las viviendas.
Es más que urgente buscar estrategias para mitigar las actuales problemáticas del sector de la construcción y revertir la fuerte tendencia. Asegurar la financiación completa del programa “Mi Casa Ya” que asciende a más de 75.000 cupos, para que más familias colombianas de escasos recursos tengan la oportunidad de acceder a su vivienda propia mejorando su calidad de vida, así como también generar mayor seguridad en las políticas públicas, deben ser los primeros puntos para atender en la agenda de la cartera de Vivienda durante este año. Podemos decir que son enormes, más no imposibles de superar, los desafíos que tiene la industria.