El Pacto Histórico en las atípicas del Magdalena transita un camino independiente hacia la unidad.
Lo anterior implica que los diferentes partidos que conforman el Pacto Histórico en el Magdalena, a saber: Colombia Humana, Unión Patriótica, Partido Comunista y Polo Democrático Alternativo, han concertado competir electoralmente contra el régimen administrativo departamental vigente liderado por Fuerza Ciudadana. Aunque vale anotar que la mayoría de los partidos mencionados han participado político-contractualmente en los gobiernos de Fuerza Ciudadana, ahora profundizan en la estrategia que podría verse como un lento proceso de la historia política magdalenense en el que la llamada izquierda progresista se emancipa de Carlos Caicedo, probablemente el líder político más connotado del Magdalena las últimas dos décadas.
Ahora, no sólo el Pacto Histórico Magdalena se emancipa, sino que, en el marco de esta coyuntura electoral histórica, un sector disidente del mismo movimiento Fuerza Ciudadana le hace frente al candidato que diga Caicedo: El colectivo político Con Autonomía y Sin Permiso, articulado por líderes notables como Abraham Katime, Jaime Avendaño y el exdiputado Rafael Noya. Ante el movimiento político de Carlos Caicedo, la concertación de Autonomía y Sin Permiso con el Pacto Histórico optó por lanzar a la contienda electoral a Rafael Noya.
La alianza de Autonomía y sin Permiso con el Pacto Histórico se constituye como un canal de comunicación e influencia en la Presidencia de Gustavo Petro. Entre sus planteamientos, ha tomado fuerza la idea de que co-gobernar con Carlos Caicedo es insufrible, y a su vez, se habla de presuntos abusos de poder y posibles actos de corrupción. Estos movimientos y partidos de izquierda progresista no-caicedistas advierten una estrategia de distanciamiento de Fuerza Ciudadana hacia el Gobierno Nacional de Gustavo Petro.
Todo esto configura los hechos que, si se tienen en cuenta, explican por qué el Pacto Histórico se aventura a la apertura de nuevos escenarios de gobernanza en el Magdalena, a pesar de Caicedo. Lo anterior parece un buen ejercicio, al menos, en dos casos:
- Se inaugura electoralmente un nuevo bloque de poder progresista no-caicedista cada vez más unificado.
- Se preparan las fuerzas electorales de cara a las elecciones a Senado, Cámara y Presidencia 2026.
En este marco, es preciso anotar que líderes y lideresas del Pacto Histórico a nivel nacional han visto con buenos ojos la candidatura de Rafael Noya y, en general, de un sector progresista no-caicedista en el Magdalena. Por ejemplo, el precandidato presidencial Gustavo Bolívar se ha sumado públicamente a Noya; mientras que, el precandidato presidencial Daniel Quintero ya ha mostrado interés en sumar fuerzas con Noya para la apuesta electoral atípica que se vivirá en el Magdalena.
Hay que recordar que el caudal electoral en el Magdalena es de 300 mil votos y puede aumentar. Fracturar ese caudal electoral de cara a las atípicas del Magdalena para sopesar el poder de las Fuerzas Petristas y Caicedistas favorece a los unos y alerta a los otros. Es todo un movimiento en el tablero del poder en el Magdalena. Más allá de Noya, este momento representa la lenta pero constante organización de las fuerzas progresistas de izquierda que denuncian haber sido invisibilizadas por la figura mesiánica de Caicedo que “partió en dos la historia magdalenense”.
Todo indica que, en este momento político-electoral atípico de la historia, esas fuerzas invisibilizadas aparecen, cada vez más unificadas, para exigir su parte en la historia.