Este país y en general el mundo entero está acostumbrado a la victimización de quienes en el poder acuden a toda clase de mañas para mantenerlo o hacer lo que les venga en gana, y sienten que la justicia es la mejor cuando no los toca o no les corta las alas en sus intereses, pero, resulta todo lo contrario cuando la justicia actúa en contra de ellos, o mejor, cuando la justicia actúa en derecho y acorde a la ley.
En los últimos dos años, el Consejo nacional electoral, un organismo político que es el máximo ente regulador electoral del país, se ha dado a la tarea de otorgar personerías jurídicas y categoría de partido político a todo aquel movimiento que huela un poco o pase por el frente de sus oficinas, así en este país volvimos o mejor, retrocedimos 20 años en conformación de partidos políticos fuertes a una cantidad impresionante de pequeños partidos de garaje que tienen cierto poder local o regional, muchos cobijados por la sombrilla de un gobierno de izquierda presidido por Gustavo Petro.
Sin embargo, para infortunio de los lideres de esos movimientos de garaje el consejo de estado, máximo órgano en temas jurídico administrativos de este país del sagrado corazón, ha derrotado la tesis de la personería jurídica para el movimiento que preside el ex gobernador del Magdalena Carlos Caicedo, un partido que nunca debió existir de acuerdo a la ley colombiana, ley que exige que estas personerías jurídicas se ganen en las elecciones al senado, donde si el dueño del movimiento naranja no saca listas independientes y se hubiese cobijado en el mal llamado pacto histórico, quizás la historia fuese otra.
La demanda de nulidad en contra de la personería de los llamados naranja de la ciudad de Santa Marta fue interpuesta por una juiciosa abogada que reside en el Chocó, quien demandó ante el consejo de estado el estatus de partido político que el CNE bajo ciertos argumentos había cobijado. El consejo de estado en un fallo de 48 páginas le da la razón a la abogada de 27 años. Los magistrados de la Sección Quinta del Consejo de Estado, la autoridad judicial final en temas electorales, iniciaron destacando lo evidente: Fuerza Ciudadana no superó el umbral en las más recientes elecciones legislativas, que es el requisito básico para ser un partido. Las normas estipulan un piso del 3% del total de votos emitidos. En abril de 2022, en su debut en ese tipo de comicios, las listas de Fuerza Ciudadana recolectaron 431.166 apoyos para el Senado y 71.075 para la Cámara de Representantes del Magdalena, lo que equivale al 2,53% de todos los votos válidos. Fue un resultado inesperado, especialmente porque uno de sus candidatos, el politólogo Gilberto Tobón Sanín, un asiduo invitado en programas televisivos de debate, obtuvo la quinta votación más alta del país con 173.558 votos, tal como lo destaca el periódico el País de España.
Uno de los tantos argumentos del CNE para otorgar personería al movimiento de Caicedo, con la que pudo rifar y dar avales a diestra y siniestra por todo el país, con los dineros que le permitieron al hoy gobernador Rafael Martínez irse de correría por Colombia patrocinando políticos pequeños que iban cultivando para la causa más grande que debe ser la candidatura de Caicedo como presidente, era que el mismo Caicedo por ser un reinsertado de un grupo guerrillero llamado Corriente de Renovación Socialista, un movimiento de izquierda que nació de una escisión del Ejército de Liberación Nacional (ELN), debía tener igual trato al que le dieron al nuevo liberalismo partido que se terminó con el asesinato de Luis Carlos Galán en 1989, semejante comparación tan salvaje, comparar a un líder nacional y tan importante con el líder monumental de la paca. Sin embargo, El Consejo de Estado desestimó ese análisis y señaló que la violencia padecida por Caicedo no tenía “conexidad directa” con el movimiento que ahora lidera, ni ha impedido su participación en elecciones recientes.
Reveses que vive la izquierda, una tendencia política en declive en un país que ve como son igual o peor que los de antes, y que parecería mover la balanza nuevamente hacia el otro lado en donde nada bueno o mejor que estos personajes tenemos, como siempre insisto, se debe buscar gente decente que vaya por una labor loable y menos personal que llenarse el ego de ser presidente de un país que camina al barranco de la mano de los últimos gobiernos. Cuando la justicia no es a su medida, recurren a la victimización, el camino lo han mostrado grandes tiranos de la historia, entre ellos Alvaro Uribe, y ahora lo hace quien nunca debió tener el poder de otorgar avales con un partido que nunca debió serlo porque no alcanzó el umbral para ser partido, y porque simplemente no cumplia con las condiciones necesarias para serlo.