Una sociedad justa, es aquella donde todos tienen oportunidades, de lo contrario, simplemente cada quien vive la vida como le toca, y en medio de la ignorancia se hace lo que sea.
Quiero hablar de Tasajera porque es una tierra que he conocido, y le tengo mucho cariño y aprecio. Tasajera es un corregimiento del municipio de Pueblo viejo, Magdalena, un pueblo anclado entre el mar y la Ciénaga Grande de la Magdalena, una dicha de la naturaleza que pocos territorios tienen. Quien observa la Ciénaga desde la orilla, desde el mercado de pescado, podrá ver estacas incrustadas que despuntan debido a la superficie del agua, señal que indica la raíz campesina y pesquera de este territorio. Muchos pescadores recuerdan la época de los años 70, Tasajera era la zona con mejor tecnificación en la actividad pesquera, época de abundancia y mejores oportunidades.
Si se habla de Tasajera, si o si hay que hablar de la pesca, porque según sus mismos habitantes, su nombre proviene de la acción de tasajear pescado. La magia en los peces de Tasajera, nace de combinar la ciénaga grande y el mar, donde se encuentran las especies marinas, y todas las aguas que vienen de la Sierra Nevada de Santa Marta.
En medio de este punto de intercepción de las aguas, Tasajera es también un paso obligado de muchos turistas, pues lo atraviesa la carretera que une a barranquilla con Santa Marta, pasadizo preciso para notar su realidad actual, nadie conoce la tasajera de la riqueza ambiental y mucho menos su historia, sino la tasajera de la pobreza física y mental.
Quien transita por esta carretera evidencia un pueblo de mucho deterioro ambiental, desorden total, viviendas en zona de alto riesgo y calles llenas de basuras. De las actividades más comunes, y raras a primera vista, en medio de las viviendas, ha sido rellenar los cuerpos de agua para generar tierra firme; inicialmente lo hacían con las conchas de las ostras, pero con el paso de los años empezó a utilizare el plástico, dicho de otra forma: rellenos de basura, aunque para ellos es material de construcción. Además del deterioro ambiental sobre la Ciénaga Grande, se evidencia también la ausencia de servicios públicos como alcantarillado y agua potable, elementos esenciales para medir calidad de vida de la población.
Sumadas todas estas situaciones y la carencia de oportunidades, los habitantes de Tasajera han tenido como actividad de generación de ingresos, la venta estacionaria o ambulante en la carretera que conduce de Barranquilla a Santa marta, allí se encuentran decenas de familias vendiendo cantidades de productos, pero también es donde han nacido las peores tragedias que han satanizado este pueblo caribeño.
Si, duele decirlo, pero es una realidad desafortunada e injusta, hoy se conoce a Tasajera con la mala fama como el pueblo donde hay que pasar de prisa antes que te roben. El hurto de mercancías pertenecientes a vehículos volcados sobre la vía se ha vuelto una constante de unos cuantos, porque en tasajera la gente buena es mucho más. En medio de estas situaciones, sucedió el recordado suceso y una tragedia humana que ha marcado la historia de este corregimiento olvidado de Colombia, cuando el 6 de julio del 2020, un camión que transportaba gasolina que transitaba por la mencionada carretera se volcó, y en cuestión de minutos varios habitante se trasladaron al lugar con recipientes para hurtar la gasolina, sin percatarse que otros se dedicaban a extraer la batería del automotor, lo cual generó una explosión que cobro la vida de 45 personas y dejó heridas a 19 más.
Tasajera, uno de los pueblos más olvidados del país, hoy vive de la nada, parece estar detenido en el tiempo, es la propia tierra del olvido que se estanca en su desarrollo, donde el estado ausente es el principal culpable, cada quien vive como le toca, sin oportunidades de estudio y de empleo, en medio de una resignación que se convirtió en Pobreza mental.
Caminar las calles de tasajera es conocer su realidad, la forma de pensar de sus habitantes y la desesperanza en la que hace mucho tiempo están inmersos. Literalmente viven en medio de la basura, es normal caminar por encima de ella, y preocupa mucho que los niños y jóvenes crecen con el mal ejemplo.
¿Esto a qué se debe? Por su puesto que en primer lugar hay que mencionar la ausencia del estado y la corrupción que por años ha reinado en tasajera, corregimiento de pueblo viejo Magdalena. Esta tierra del olvido tiene una historia macondiana de esas que evoca Gabriel García Márquez.
Es necesario Ya, la intervención del estado, un pueblo que en su mayoría está en situación de riesgo y desastre debe tener la mayor atención del estado, se requiere mejoramiento de vivienda y un plan de gestión de riesgo permanente que retire toda clase de basura que además de afectar la dignidad humana, deteriora el medio ambiente. Se hace necesario iniciar proyectos que garanticen el mínimo vital de cada familia, el servicio público de agua y alcantarillado, y políticas públicas que permitan la garantía de derechos a los jóvenes. ¡Qué ironía! Tasajera es tan rico en biodiversidad y tan pobre en oportunidades. La pobreza mental empieza a construirse cuando la herencia cultural se convierte en basura, los niños y jóvenes son lo que ven en su casa y su contexto, en este caso abunda la desolación, la ignorancia y el abandono. Solo un estado con voluntad y decisión los salvara del abismo. Tasajera no roba, pero a Tasajera se la han robado completica