Por años, la juventud ha sido una fuerza imparable en búsqueda de la emancipación del yugo prejuicioso de la falaz creencia que son el futuro y no el presente. Esa búsqueda incansable, determinada por el impulso natural de la edad y el derroche de ideas y energía por incidir en su presente y de ahí garantizar un futuro más próspero y lleno de oportunidades. Nos ha llevado, porque aún soy joven por ley, a movilizaciones que han traído consigo triunfos importantes, logros en materia constitucional, política, social, económica y de seguridad.
Gracias a la movilización de la juventud, logramos impulsar la creación de la ley estatutaria 1622, la de la ciudadanía juvenil en 2013, una lucha de varias generaciones de jóvenes, las mismas que persistieron en la búsqueda de garantías para el ejercicio político de los jóvenes en Colombia, es así como en 2018 se logró, a media, llenar los vacías de la ley 1622, mediante la 1885, dándole paso a la implementación de los Consejos de Juventudes en todo el país.
Desde entonces, pese a lo coja que es el estatuto de ciudadanía juvenil, los jóvenes salimos a elegir a las y los consejeros de juventudes, y ellos adquirí las responsabilidades de representar los intereses de la juventud en los espacios de toma de decisiones, lo que trajo consigo derechos políticos, los mismos que por más de dos (2) años se han incumplido por parte de los entes territoriales, ante la mirada cómplice de los entes de control.
En el caso del Magdalena, vivimos en carne propia el desdén de los gobiernos municipales y departamental por la juventud, la cual solo es su prioridad en épocas electorales, y que esta reafirma, tristemente en su mayoría, ese rol desechable en la política del territorio.
Fueron dos (2) años de total apatía, abandono y decidía por parte de los gobiernos anteriores hacia el subsistema de participación juvenil, a tal punto, que incluso los nuevos alcaldes y gobernador, no tuvieron en cuenta en sus planes de desarrollo el cumplimiento en garantizar los recursos y programas para el sostenimiento y operación del subsistema de participación juvenil de sus territorios.
Un escenario desalentador para los jóvenes que están llamados a ser los líderes del hoy; sin embargo, no todo es malo en la parroquia. Gracias al liderazgo que hemos ejercido desde el tanque de Pensamiento Magdalena Joven, logramos incluir en varios municipios, durante el periodo de modificaciones, los planes operativos y programas de estímulos para el subsistema de participación juvenil. Hubiéramos querido hacerlo con todos los municipios, pero infortunadamente muchos alcaldes aún permanecen en la estrecha caverna electoral del pasado 29 de octubre de 2023.
Pero sin duda, el logro más importante para nosotros como jóvenes y como Magdalena Joven, fue lo ocurrido el pasado 25 de mayo, en plenaria de la Honorable Asamblea del Magdalena, donde se aprobó por primera vez en la historia, la creación de una COMISIÓN ACCIDENTAL para articular e impulsar con las y los jóvenes acciones en favor de la juventud magdalenense. Lo que representa un verdadero logro histórico en la búsqueda de garantías y espacios de participación para la defensa de los derechos políticos de las y los jóvenes, consagrados en el estatuto de ciudadanía Juvenil, Ley estatutaria 1622 de 2013, modificada por la Ley estatutaria 1885 de 2018.
Gracias al apoyo incondicional de la Diputada Margarita Guerra, hoy la Asamblea del Magdalena es la primera del país en crear una comisión para impulsar la implementación del estatuto de ciudadanía juvenil en su departamento. Es motivo de orgullo, y de felicitaciones a los trece (13) diputados, que unánimemente aprobaron la creación de esta comisión. A ellos, gracias por darle esta herramienta a los consejeros y Plataformados departamentales, quienes sabrán agradecerles y aprovecharla.
Nosotros seguiremos trabajando por la juventud, por lograr verdadera incidencia en la política departamental, desde el respeto y la articulación. No estamos en carreras electorales, ese vicio que ha impedido una verdadera incidencia de la juventud, lo erradicamos de nuestra agenda y visión de Magdalena joven, la organización que lidero y con la que estamos haciendo, verdaderamente, que pasen cosas positivas en nuestra ciudad, departamento y país.
Pdta.: Me alegra volver a escribir, opinar y compartir con ustedes a través de este medio y que estaré haciéndolo semanalmente. Pero no solo vuelvo a las columnas, volveré a los videos de análisis y los podcasts. Opinar tiene un costo, y en nuestra parroquia es altísimo, pero no podemos huirle por miedo a no tener que comer mañana. ¡De dignidad no se vive, pero sin ella para qué vivimos!