A MAYOR PANTALLA, MENOR ATENCIÓN: Impacto negativo de las pantallas en el Neurodesarrollo de los niños y jóvenes.

Queridos lectores, esta columna al igual que las demás nos invita a una profunda reflexión. Sin embargo, en esta resalta una enorme preocupación de mi parte como maestra al ver el poder de estos aparatos en la vida de los seres humanos. Aunque mi prioridad siempre será la influencia en el mundo educativo, es inevitable no ejemplificar o especificar episodios que también hacen parte del diario vivir, porque es justo lo que tiene la pedagogía que hizo que creciera un profundo amor de mi parte hacia ella; La pedagogía es vital. Así que iniciemos con este análisis y ustedes con su lectura.

El timbre, el reloj, la alarma son aquellos objetos que por medio de un sonido activan nuestro cerebro para indicar el inicio o el final de un momento de nuestro día; pero un teléfono celular, una aplicación, un video de 60 segundos lleno de estímulos, una noticia amarillista, una foto con un branding adictivo, jóvenes con “consejos” o videos graciosos por minuto; lo único que le indica a nuestro cerebro es que no pare de verlos o escucharlos, porque cada vez tendrán más información, color, sonido y contenido “entretenido”. En pocas palabras, un teléfono celular está diseñado para que nunca lo soltemos, para que nuestros días se basen en estar frente a una pantalla, porque la sociedad hiper en la que vivimos nos exige estar informados desde el chisme más íntimo de una familia famosa hasta la notica del pueblo más lejano de Inglaterra. Lo que no sabemos es que todos estos estímulos cambiantes que se presentan en nuestros celulares afectan significativamente nuestro sistema de atención, es por esto la razón de mi columna.

La sociedad y el sistema educativo no han sido capaces de procesar con madurez los cambios o avances que se han producido. Considero que han llegado muy rápido y con esa misma agilidad queremos cambiar un sistema, incorporando “innovaciones tecnológicas” sin haberse detenido a pensar, investigar y reflexionar en los efectos secundarios que trae consigo. Diariamente los docentes nos enfrentamos a un reto que al pasar de los años aumenta su nivel de complejidad: CAPTAR LA ATENCIÓN DE LOS ESTUDIANTES. Nos hemos guiado por teorías pedagógicas que nos respaldan en momentos cruciales de nuestro quehacer, pero en realidad nuestro principal objetivo es la problemática a nivel mundial que está afectando el rendimiento de los estudiantes: LA ATENCIÓN Y CONCENTRACIÓN. William James, en su libro “The principles of Psychology” expone que la atención se refiere al momento en que la mente toma posesión en forma clara y vívida, de uno entre los que parecen ser varios objetos o trenes de pensamiento simultáneamente posibles”. En otras palabras, permanecemos recibiendo estímulos e información, pero no todo aviva la atención ni se convierte en una experiencia propia. La razón de esto la explica la psiquiatra Marian Rojas Estapé: “No todo lo que nos llega activa nuestro interés. Lo que genera cierto atractivo para la mente y los sentidos es lo que nos estimula. Un cerebro hiperestimulado se convierte en un cerebro incapaz de resolver tareas complejas, solo busca lo superficial, lo que le genere emoción”. Por este motivo la importancia de la incorporación de la neurociencia en nuestro sistema educativo, principalmente en la formación de los docentes. Los docentes deben estar capacitados en neuroeducación debido a que le brinda las herramientas necesarias para comprender lo que sucede en el cerebro de los niños y jóvenes y describe los factores que ejercen influencia en su aprendizaje. La neuroeducación es el nuevo enfoque de la enseñanza basada en el cerebro y todos lo que nos dedicamos a la educación y formación debemos conocerla e incluso los mismos padres de familia.

Continuemos este escrito analizando la rutina de un niño o joven a partir de las historias y anécdotas que he recibido de mis estudiantes y padres. Iniciemos desde el descanso por las noches, debido a que este determinará la eficiencia del siguiente día. Un niño se acuesta a las 9:30 p.m.  aproximadamente después de ver la novela o programa de televisión del momento o de estar frente a su teléfono celular, iPad o videojuego por más de dos horas. Llega la hora de dormir, pero el cerebro lo toma de otra manera. En varios estudios se ha comprobado que las pantallas retrasan el inicio del sueño y la luz de los dispositivos frena la liberación nocturna de melatonina. De hecho, está científicamente comprobado que las redes sociales y videojuegos nos activan emocionalmente, liberando cortisol cuando este apenas debería producirse. El proceso de enseñanza y aprendizaje es integral y comprende todos los componentes, uno de estos es el descanso, por lo tanto, es de vital importancia que se inicie a interiorizar en el tema y que cada persona cree su rutina nocturna que le garantice un buen descanso. Un dato curioso, es que el insomnio crónico nos conduce a severos problemas de atención y esto no solo se puede reflejar en niños sino también en adultos.

Continuando con la rutina, el niño se levanta a las 5 a.m. aproximadamente para prepararse e ir a su escuela. La luz prendida y una buena ducha con agua fría le dan la información a nuestro cerebro de que es de día y nuestro ciclo se reinicia. Recuerden que tenemos un cerebro cansado, porque por la sobreestimulación nocturna, no pudo conciliar bien el sueño. Llegamos a la escuela y llegó el momento de la acción; con lamento y preocupación reconozco que aún hay escuelas que no han diseñado un sistema óptimo para prohibir el uso de los teléfonos celulares, por lo tanto el joven o niño entra a su escuela y ates de iniciar su primera clase le da tiempo de ver el último reel o video de tik tok de su influencer favorita. Inician las clases, el celular guardado y los niños se enfrentan a otro escenario, el salón de clases, el momento donde el profesor se convierte en influencer y los niños con su capacidad crítica deciden o no ser sus followers. Como buen influencer, el docente crea una inigualable estrategia de marketing, mayor conocida como PEDAGOGIA para garantizar siquiera un like de sus estudiantes, pero ¿cuál es su principal reto? Captar la atención de los 20 (dato ingenuo de mi parte) estudiantes que aprenden y piensan de forma diferente. En ese juego se pasa el tiempo y culmina un post para continuar con el siguiente, es decir, otra asignatura, otro maestro, otra estrategia. ¿Fácil para nuestros niños? No lo es. ¿Fácil para nuestros docentes? Mucho menos. Pero es nuestra profesión y tomamos la decisión consciente (algunos) de asumir este reto. Llegó el momento esperado por nuestros jóvenes: el descanso, la posibilidad de oxigenación mental para poder dispersarse y descansar. ¡OH SOPRESA!, hay teléfonos en los recreos, los niños en vez de correr, hablar entre ellos, entrar en contacto con la naturaleza, jugar o hacer deporte; someten a su cerebro a mayor estrés por medio de los estímulos que presentan las redes o programa de sus dispositivos electrónicos. Se acabó el descanso y continuamos con las clases, que como lo describí anteriormente se convierten en un ring de boxeo donde la distracción y el maestro se enfrentan para ver quien gana la batalla, sabiendo que venimos de un entorno social hiper.

Termina la jornada escolar y llegó el momento para que los chicos descansen y su cerebro realice el trabajo de significar los aprendizajes recibidos. Cuando le pregunto a mis estudiantes ¿Qué hacen después de clases?, sus respuestas son: en el celular, mirar televisión, si no me dejan compromisos, estoy en el iPad, algunos practican deportes, etc. Y luego llega la noche y todo se vuelve a repetir. ¿Cuál es el resultado de esta rutina? Mucha pantalla, poco sueño, poca CPF (Corteza Prefrontal), poca atención, peor gestión emocional, aislamiento, más irritabilidad. ¿Es esto positivo para nuestra vida?.

Las pantallas se crearon inicialmente con fines positivos, pero para nadie es un secreto el mal uso que se está teniendo de las mismas y como afecta no solo el sistema educativo por el extremo déficit de atención generado sino en todos los ámbitos de nuestras vidas. Las personas cada día están más ansiosas, con poca estabilidad emocional, aisladas, con problemas de identidad debido a las comparaciones que generan las redes, relaciones de amistad o amorosas cada vez más débiles y estereotipos o estigmas sociales absurdos que se han creado y que las personas se creen en la obligación de seguirlos.

Colombia es un país que ha intentado por años alcanzar la calidad educativa y aunque el sistema tengas innumerables errores y fallas, en nuestro diario vivir contamos con un arma letal que está perjudicando nuestro aprendizaje y vida. La internet está diseñada para generar sensaciones de alivios intensas y sin cesar, que en algunos momentos está bien y es necesario, pero se requiere mayor consciencia en la constancia de estas y en el uso excesivo que le damos. Invito a los padres de familia a emplear su figura de autoridad como principales cuidadores de sus hijos para entablar rutinas y normas que manejen el equilibro en el uso de las pantallas; invito a las instituciones a la prohibición total del teléfono celular en sus instalaciones, un joven no necesita su teléfono en el colegio, necesita su presencia consciente para activar todos sus sentidos y disponerse a aprender por medio de la interacción directa con el entorno. Las Tics tiene un objetivo educativo solidario y positivo, pero eso no significa que todas las clases necesiten de una pantalla para garantizar su efectividad. Así como nuestra sociedad ha caído en los excesos, no podemos permitir que nuestra educación también lo haga. Lo que este mundo y la educación necesitan es aprender a encontrar un balance entre la innovación y lo que a veces llamamos “tradicional”, entre lo virtual y lo físico, entre lo real e imaginario, entre la teoría y la práctica, entre lo IMPORTANTE Y LO IMPUESTO.

Algo que me caracteriza al momento de escribir mis columnas es siempre proponer soluciones ante las problemáticas que reflexiono, es por esto que comparto algunas acciones pedagógicas para controlar el uso de las pantallas en las escuelas, en el hogar y en nuestras vidas.

Alternativas para medir el uso de pantallas en el hogar

  • No le teman a que sus hijos se aburran, el aburrimiento despierta la creatividad. Se aprende mejor si existen ratos de divagación.
  • -Garantizar un momento del día de dialogo familiar, sin celulares.
  • -Los niños y jóvenes NO necesitan un teléfono de regalo.
  • -Si los niños cuentan con teléfonos, limitar su uso, acordar horarios y mantener el control en la instalación de aplicaciones.
  • -Evitar usar al tiempo las aplicaciones: Pueden permitir la instalación de una aplicación como Instagram y evitar instalar otra del mismo tipo como Tik Tok. Lo único que garantiza es que cuando se aburra de una, acceda a la otra por lo tanto, estará mayor tiempo en el celular.
  • -Realizar desintoxicación de redes. Esta estrategia es una de mis favoritas. Desinstalar redes como Instagram 1 mes, dos semanas o el tiempo que sea necesario. Su reinstalación dependerá del tiempo que cada persona considere.
  • -Sembrar el hábito de leer y escribir. Los jóvenes necesitan retomar los libros físicos, es necesario que amen la lectura para desarrollar habilidades y mejorar su concentración.
  • -Realizar rompecabezas, estimulan la memoria y la concentración. Pueden comprar para los niños o adquirir unos grandes de 1.000 fichas aproximadamente y convertirlo en un plan en familia ideal y sano.
  • -Inscribir a los niños en actividades extracurriculares que potencialicen sus talentos.
  • -Ser receptivos ante las recomendaciones que dictan en las escuelas y manejar una comunicación asertiva con los maestros.
  • -Para los niños menores de 10 años, aunque el IPad no tengan acceso a internet sino a “juegos educativos” la exposición constante a esas pantallas no es positiva. Pueden recurrir a juegos en plastilina, coloreado, dibujo o pintura.
  • -Crear rutinas nocturnas, mínimo 1 hora antes de acostarse el niño debe estar expuesto a las pantallas.
  • -Un niño de 14, 14, 16 o 17 años aún no cuenta con la madure y autonomía para limitarse en estos aspectos. Se requiere del apoyo de sus padres o figuras de autoridad.

 Alternativas para medir el uso de pantallas en las escuelas

  • -Prohibir el uso de los dispositivos tecnológicos en las escuelas, es importante que los padres de familia apoyen en estas medidas.
  • -Si el estudiante lleva celular, guardarlos desde la llegada al colegio.
  • -Crear clases, espacios o actividades al aire libre que impliquen el contacto con la naturaleza y entre pares.
  • -Capacitar a los docentes en neuroeducación.
  • -Equilibrar el uso de las Tics con clases al aire libre o con recursos diferentes.
  • -Promover la lectura y producción textual.
  • -Crear jornadas o incorporar en el diseño de estrategias actividad de estimulación mental.
  • -Promover la escritura a lápiz en papel.

Cabe resaltar que, aunque como padres o docentes nos esforcemos en llevar a cabo estas medidas, la mejor estrategia para sus hijos y los estudiantes es el EJEMPLO; por lo tanto, como responsables directos de la formación de nuestros niños, los invito a ponerse la mano en el corazón y tomar acción consciente.

¿Es tu celular, un medio de comunicación, un instrumento de trabajo o se ha convertido en tu refugio?

Con amor, Leidy Moreno (una maestra con vocación).

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