Coronación o derrocamiento

El articulo 231 de la constitución política de Venezuela determina que el 10 de enero (2025) se debe posesionar ante la Asamblea Nacional el presidente electo de ese país, y si por causas sobrevinientes no puede hacerlo ante esa corporación, entonces se hará ante el Tribunal Supremo de Justicia (Algo así como nuestras tres altas cortes juntas, una super Corte).

Lo anterior no representa inconvenientes en el natural devenir de una democracia decente, sin embargo, cuando hablamos de Venezuela, decir que hay democracia es un error, y creo que discutirlo es forzar a los idiotas a argumentar que me equivoco y para escuchar sandeces ideologizadas bastante tenemos en Colombia.

Edmundo Gonzales Urrutia es el verdadero presidente electo del vecino país, y quien al parecer tiene la intención de estar en Caracas el 10 de enero para su posesión, por lo que tras el anuncio de su viaje desde España a Argentina, donde se supone está ahora, el régimen de maduro con su fiscal de bolsillo  emitió una nueva orden de detención en su contra con recompensa a bordo, primero por 500.000 dólares y minutos después corrigen el precio a 100.000,  enviando en ese acto dos mensajes, 1) que al régimen Chavista le preocupa sobremanera que este señor ponga un pie en Venezuela, porque lo que de antaño han defendido las doctrinas subversivas castristas sobre el foquismo, es decir, sobre un impulso espectacular que sea la chispa de una revolución, puede que les aplique en contrario, y que la presencia de Don Edmundo y la salida de María Corina a las calles,  sea el centellazo que genere una imparable conflagración social, y 2) que comunicativamente bajo los canales oficiales, le restan importancia a la persona de Edmundo, para demostrar que el temor que les carcome los huesos no existe, y que lo quieren tratar como a cualquier rebelde de los que tanto ya han matado física y políticamente en Venezuela.

Ahora bien, quienes tenemos algún instinto demócrata, queremos lo anterior, y entendemos que la democracia en algunos momentos debe ser defendida por la fuerza y la violencia justa, y no a punta de foros pendejos y frikis tan comunes en esta época, sin embargo, es más probable aun, que el 10 de enero asistamos a una coronación sin mayores contratiempos,  una con visos napoleónicos y con un nivel de degradación en tanto legitimidad tan excrementales como lo narrado en el Otoño del Patriarca, creo que es más plausible no ver ninguna  manifestación popular gigantesca,  que la base militar siga arrodillada por las migajas que les arrojan y que la alta oficialidad continue con el saqueo de lo poco que queda en ese país, porque desde finales de julio e inicios de agosto del año pasado, da la impresión que al bravo pueblo se le olvidó su bravía después de la batalla del quinto asedio de Puerto Cabello (1823) y que ya se acostumbraron al garrote y a la zanahoria podrida, se acostumbraron a emigrar y a hacer oposición solo con redes sociales.

 Y para empeorar el panorama por venir el próximo 10 de enero, súmenle la ambivalencia de algunos de los más importantes actores geopolíticos de la región, como, por ejemplo, el gobierno de Colombia que, con su política extraña de denunciar las injusticias de los regímenes de Derechas, pero de ser jabonoso a la hora de mirar los crímenes de los de izquierdas, decidió enviar una representación diplomática de mediano nivel, en la misma línea el México de la timorata y débil Claudia Sheinbaum, que a pesar de haber heredado algunas cifras macroeconómicas favorables del gobierno de AMLO, se aparea en la complicidad con el gran narco mexicano, que no hay que descartar sean socios del andamiaje de drogas del cartel de los soles venezolano, conformado por altos miembros del gobierno chavista, de tal suerte que no es raro que también enviarán representación consular: y por último, el enorme  Brasil de Lula, quien a pesar de haber marcado en varias ocasiones distancia e incluso haber vetado el ingreso de Venezuela a los BRICS, decide también enviar una comitiva de mediano nivel al vecino país; en definitiva, así las tres naciones mencionadas envíen a doña Marelbys Meza  a la posesión del dictador, el mensaje inequívoco es de reconocimiento internacional a ese modelo de estado tan antagónico al nuestro, puesto que las relaciones internacionales las maneja directamente el presidente quien es el representante del Estado ante la comunidad internacional. Sobre este tópico recomiendo leer el editorial de The Economist.

En ultimas, no veo un buen futuro para Venezuela pues no atisbo en la distancia un levantamiento popular que derroque al dictador, de tal suerte que televisivamente es probable asistir a una coronación con una opulencia sin precedentes.

 “tal como lo representa Orwell en la fábula de Animal Farm, el sistema soviético no avanzaba en la dirección del verdadero socialismo, sino que se estaba transformando en un sistema dictatorial, con una sociedad jerárquica, en la que los dirigentes gozaban de los mismos privilegios y sistemas de exclusiones que en otros sistemas de gobierno, al tiempo que usaba la retórica de la igualdad para mantener al pueblo engañado y adormecido”. (María Mercedes Correa)

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