Entre finales de los años de 1920 y finales de los años 50s, las oligarquías características de los estados liberales en América Latina existentes fueron reemplazados por Estados modernizados en donde el desarrollo económico y social jugó un papel fundamental, sin embargo hay que decir que los cambios estructurales que vivieron los Estados en la región estuvieron marcados por diferentes características propias de cada uno de ellos.
No obstante, a principios de 1930 tenias rasgos comunes como el hecho de que todos los Estados de América Latina eran formalmente liberales, con una progresividad en sus constituciones, en la cual se dice que no “había teocracia ni dictadura hereditaria”; ya que estuvieron establecidos por más de un siglo de independencia en casi todos los países, por lo que no eran imperios, ni republicas socialistas, si no republicas no monárquicas. Lo cual a su vez sirvió al momento de mejorar sus funciones internas, ya que unas de las herencias de la administración de ellos mismos las realizaban desde las ciudades en época de la independencia.
Por lo anterior, vale la pena decir que durante todo el periodo comprendido entre los años 30s y 80s, el Estado se caracterizo por tres relaciones entre el mismo, como lo es la territorialidad, la administración y el control sobre sus recursos, aclarando que cuando estos tres compendios se han desarrollado de manera eficaz, se obtiene el estado moderno, que si bien, en América Latina genero mejores condiciones avanzadas que en África y Asia a lo largo de su periodo de auge; al final fracaso por razones de austeridad administrativa por parte de los Estados paternalistas, sumado las crisis de la deuda y algunas causas por la ineficiencia y pauperización del desarrollo del modelo de Industrialización por Sustitución de Importaciones (I.S.I) que fracaso en su intento de fortalecer la industria nacional de los Estados y desarrollar un mercado interno competitivo que nunca se materializo en algunos casos como Colombia.
Sin embargo, algunos Estados como el de Brasil, y México tuvieron sus particularidades propias en el desarrollo de sus economías y sus estructuras, que los hace diferente en sus formas de operar en la actualidad, producto de su historia
Además de lo anterior, se puede decir que la relación entre el Estado y la sociedad civil antes de los años 30s eran constituidas en regímenes como las republicas oligárquicas, es decir que la autoridad pública fortalecía a un sector restringido de la población en fuentes no estatales tales como “propiedad de la tierra, el linaje de la familia o una posición de ventaja en el intercambio comercial” (Whitehead,1994) Aunque el mando de la llamada oligarquía era débil en las comparaciones con las luchas internas, que se demostró por las consecuencias de la depresión de 1929; ya que produjo un debilitamiento de la posición material y la legitimación ideológica de los liberales, permitiendo desarrollar la integración nacional y económica en la estructura gubernamental; amparado en el nacionalismo económico y cambios sustanciales en lo social; dando paso al Estado desarrollista con la aplicación de las políticas Keynesianas.
Por todo lo anterior, hay que aclarar que las fracciones de la organización tradicional del Estado en América Latina se han dado por las fuerzas armadas, la iglesia y el poder judicial al interior de cada nación.