Naturalizando lo que antes se criticaba

Los señalamientos que hoy recaen sobre el ministro de Hacienda Ricardo Bonilla, y otros altos funcionarios del gobierno Petro, serían suficientes para que un senador como Gustavo Petro pidiera la cabeza del mismísimo presidente de la república sino fuese él. De oposición son una cosa y como gobierno son la misma cosa que tanto criticaron. Las grabaciones y mensajes que involucran a Bonilla están disponibles, son lo que llamaba el Petro de antes una prueba irrefutable de cómo funcionan en este gobierno, que es igual que antes, aunque el petro de hoy las llame persecución.

Las denuncias conocidas por el caso Olmedo López, quien fungió como director de la UNGRD del país, en donde se van conociendo el entramado que el gobierno tejió para lograr el pase de sus proyectos bandera en el congreso y de cómo acomodaba las fuerzas políticas tradicionales que tanto critica, dan de que hablar en un país que ya no se sonroja, en donde no existe una oposición decente y el gobierno se defiende acusando a los medios de perseguirlo y sacarle en cara todo lo que hoy naturaliza y que tanto se criticaba antes.

Es la política del cambio, y como todo cambio que se ha dado en política en nuestro país ha sido más para que nuevos personajes se hagan nuevos ricos, ejemplos abundan, no más mirar en Santa Marta como cambiaron los personajes de primera línea que se hacen llamar el cambio, hoy son los nuevos ricos de la ciudad. Petro, ha estado jugando con los mismos que tanto criticaba, y eso no es malo, lo malo es que ha jugado el mismo partido que siempre jugaron y que tanto criticó. Ese partido en el que la mermelada, y las transacciones de congresistas con plata por debajo de la mesa se hacía, hoy se naturaliza para apalancar el falso cambio del país.

Lo contado por Olmedo López, hombre de las entrañas de Petro es muy grave y a la vez complicado de entender, un gobierno que hace lo mismo que hacían Uribe y compañía, transar congresistas con contratos, dando prebendas para la aprobación de reformas. Con razón los políticos de siempre y más tradicionales están tan cómodos con Petro. 

Hoy cuando son gobierno no tienen los remedios a todos los males que tanto criticaron, tenían la solución a todos los problemas del país siempre que fueron oposición, hoy el país tiene un camino hacia al totalitarismo, de la mano del regreso del paramilitarismo y la instalación de grupos marginales que nacieron de las extintas FARC, hoy el país no entiende el llamado cambio, y el 30% que siempre acompaño a Petro aún sigue afincado, Petro fue presidente de la mano de políticos como  Roy Barreras y Armando Benedetti, no se podía esperar menos. Petro le agradece a un inexperto bonachón llamado Iván Duque, quien con su mal gobierno logró la indignación para que llegara el primer presidente de izquierda, tal como lo decía el maestro Carlos Gaviria, tan de malas la izquierda que el día que llega al poder lo hace de la mano de Gustavo Petro, quien en los comités del polo democrático en su época cambiaba las actas y hacia otras tantas cosas que fueron denunciadas por sus mismos copartidarios.

El gobierno del cambio, el que maneja una joven inexperta y que ha logrado un cambio de vida radical, una muchacha llamada Laura Sarabia, a quien algunos petristas fuertes le llaman la persona vitamina de Petro, y a la que otros colombianos le llamamos la dueña de muchos secretos de Gustavo. Hoy se naturaliza lo que antes se criticaba, porque como siempre el cambio fue de vida, el cambio fue para vivir sabroso, pero los petristes más pura sangre.

Scroll al inicio