TOTAL DESPROPÓSITO

Mientras el país enfrenta el riesgo de un apagón energético, y todos intentan aportar para apaciguar la crisis, las empresas barranquilleras se encuentran atadas de manos, por lo menos en lo referente a la autogeneración con energías renovables, que fue gravada con un impuesto aprobado el año pasado por el Concejo de la ciudad. Ahora, cuatro meses después del nefasto acuerdo, se vuelve a reafirmar su total inconveniencia.

La pasada administración distrital y el Concejo de Barranquilla vendieron la idea de la eliminación del cobro del impuesto de alumbrado público a los estratos 1 y 2 en Barranquilla, a partir de 2024, trasladando el cargo a los estratos 3, 4, 5 y 6, como si fuera un subsidio, sin importar la ya elevada tarifa que se cobra en el recibo de energía, aumentos que se calculan entre 42% y 29% en el sector comercial y residencial, respectivamente. Como era de esperarse, los ciudadanos no demoraron en expresar su rechazo frente al acuerdo No. 00066 de 2023, que modificó el impuesto de alumbrado público que llega todos los meses en el recibo de luz. Por cierto, este cargo no debería realizarse en la factura, pero ese es otro tema.

La cereza del pastel fue el artículo 5 del mencionado acuerdo, que a partir de una modificación al artículo 105 del Estatuto Tributario del Distrito Especial, Industrial y Portuario de Barranquilla establecía cobrar un impuesto “por cada subestación eléctrica de potencia instalada en la jurisdicción del Distrito de Barranquilla, para aquellas personas naturales o jurídicas, propietarios, tenedores o usufructuarios a cualquier título de los bienes inmuebles dotados de conexiones, plantas o subestaciones y/o línea de transmisión de energía eléctrica que generen, transmitan, transformen y distribuyan energía”, palabras más palabras menos, las personas que tuvieran instalados paneles solares en sus hogares o negocios, tendrían que pagar un impuesto mensual de entre $4.834.968 y $12.681.188.

A los pocos días y después de las alertas del sector por el impuesto, el alcalde salió a aclarar, con argumentos que poco convencieron, que los sistemas de autogeneración de energías renovables del sector residencial o de pequeños comerciales e industriales no serían gravados, en cambio, si a los grandes generadores, tal y como quedó precisado, el pasado mes de febrero, en el nuevo inciso que fue añadido por el Concejo, en el que se señala que se cobrará la generación cuando la capacidad instalada por usuario sobrepase el 1 MW (1.000KVA).

En medio de la actual crisis energética en la que el ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, ha solicitados a las empresas la puesta en marcha de toda la capacidad energética, en Barranquilla es poco lo que el sector renovable podrá aportar debido a que el Concejo decidió privilegiar con multimillonarios recursos a los dueños de la empresa de alumbrado público de la ciudad. En lugar de pagarles a los industriales por los excedentes de energía renovable, se les va a cobrar. ¡Tremendo despropósito!

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