La intención del régimen de Nicolás Maduro de vender Monómeros Colombo Venezolanos S.A., intranquiliza al país debido a los riesgos a los que estaría expuesta la seguridad alimentaria en Colombia y los fuertes efectos que tendría sobre la economía, privatizar la empresa. Ante esta jugada del gobierno ilegítimo de Venezuela, es urgente que Colombia concrete la compra de la compañía, que había anunciado tiempo atrás.
En medio de las fuertes tensiones políticas desencadenadas entre los dos gobiernos se mueve rápidamente el ajedrez político que definirá el futuro de Monómeros, empresa que aunque ha estado en medio del conflicto que actualmente se vive en Venezuela, se mantiene resiliente liderando el sector de agroquímicos en Colombia.
Además de tratarse de uno de los patrimonios industriales más importantes de la ciudad de Barranquilla, dada la vocación inminentemente agrícola del país, la empresa de fertilizantes se ha convertido en una compañía estratégica para el sector del agro con la producción de abonos, plaguicidas y químicos, que abastece a 80% de los campesinos del país, además de generar más de 1.700 empleos, por lo que mantener la industria local es vital.
En los últimos años, la estabilidad económica de la petroquímica se ha visto alterada por el manejo turbio de sus recursos, las restricciones y sanciones a las que ha sido sometida, los constantes cambios de sus directivos, entre otros hechos liderados por el régimen de Maduro, han desgastado la buena imagen y reputación que por años caracterizó a Monómeros.
Los recientes movimientos de la dictadura en la junta directiva de la petroquímica y la salida de Colombia de la misma, alertaron al gobierno Nacional, que por fin se paró firme ante el indefendible régimen que desangra al país vecino. Hace unos días, la Superintendencia de Sociedades inició el proceso para someter a control a la filial de la estatal Petroquímica de Venezuela, con el fin de evitar posibles riesgos de insolvencia y preservar la empresa como unidad productiva y fuente generadora de empleo, pero el tiempo sigue corriendo en contra.
Con un escenario plagado de incertidumbre, la preocupación es abrumadora. El temor más grande es que la ambición y el desespero que reina en Venezuela con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, ponga en riesgo la estabilidad financiera de la estatal y sus recursos sean dilapidados en la financiación del régimen. No podemos permitir que acaben con una de las empresas de productos agroquímicos clave en el sector agrícola y que compone uno de los principales eslabones en la cadena para garantizar la seguridad alimentaria en el país.
Si en algo hay consenso en estos momentos, es en que debemos unirnos por la defensa de los intereses del país protegiendo la soberanía alimentaria. En este sentido, hay que actuar y tomar medidas, como negociar la compra de todas las acciones de la compañía. Llegó la hora de que Colombia por fin adquiera la totalidad de Monómeros, como ha debido hacer desde un principio. Quedar en manos de un dictador es un riesgo inconcebible.