Colombia

De la Guerra Fría al autoritarismo seudodemocrático

Tras la disolución de la Unión Soviética y la caída del Muro de Berlín, el mundo presenció un cambio en el equilibrio de poder internacional. Esta transición marcó el fin de una era bipolar y dio inicio a una era en la que predominó un modelo político y económico orientado por los principios y prácticas occidentales.

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Deseamos una nación transformada

A pocos días de pasar la página del año 2023, que culmina para el país con un complejo panorama económico y político, existen buenas razones para ser optimistas respecto del presente y futuro de los colombianos. La paz y el desarrollo socioeconómico son sueños irrenunciables por los que tenemos la confianza de seguir luchando, con las diferencias que son propias en una democracia como la nuestra, de antigua tradición en América Latina. En medio de los múltiples conflictos que se viven en Colombia, las dificultades económicas en aumento y las brechas sociales que se amplían, el país demanda unidad en todos los sectores. Estamos en los tiempos propicios para soltar los odios que están dominando los corazones, y menguar la falta de empatía que está degradando a nuestra sociedad, sacando lo peor sin permitirle un espacio a la reconciliación. Es hora de hacer un alto y converger en un diálogo constructivo que nos una y acerque a ese mejor país con el que todos soñamos. Si logramos centrarnos en las soluciones, es posible ver la luz al otro lado del túnel. Cerramos este año con la buena noticia del compromiso de suspensión del secuestro extorsivo por parte del ELN, que esperamos se cumpla sin titubeos, así como también la liberación de los secuestrados. Estas son las muestras que exige el proceso en el nuevo ciclo de diálogos que iniciará el próximo año en Cuba. Una reconciliación más amplia y completa, nos invita sin lugar a dudas a mantener la mentalidad optimista y a confiar en mejores tiempos para nuestro país. No podemos permitir que se nos vuelva paisaje, la inseguridad que ha invadido a las ciudades. Este flagelo viene escalando a grandes pasos, afectando la integridad y la vida de los ciudadanos, quienes reclaman el restablecimiento del orden y el retorno de la tranquilidad. Nuestro llamado al gobierno nacional y los nuevos gobernadores y alcaldes, es a que trabajen coordinadamente con la fuerza pública, en la lucha contra la criminalidad. En este nuevo año el gobierno debe procurar el mejoramiento de la economía a través de medidas que nos permitan afrontar el impacto de la inflación, así como extinguir las posibilidades de una recesión. Es urgente atraer inversiones y generar garantías, apostarle al crecimiento de industrias como las manufactureras, el comercio y la construcción de vivienda, que tuvieron un año con saldos en rojo. Despido este 2023 convencido de haber hecho desde el Congreso de la República las gestiones y actividades legislativas necesarias, para brindar a los colombianos mejores condiciones de convivencia pacífica y calidad de vida, a pesar de algunos instrumentos de política de Estado de cuya filosofía me aparté. Mi compromiso es continuar trabajando por las necesidades más apremiantes del país, estudiaremos con lupa el paquete de reformas que estará en la agenda legislativa el próximo año, para buscar consensos y apoyar las propuestas que consideremos pertinentes y de beneficio para los colombianos. Necesitamos ponernos de acuerdo para no abandonar el barco que transporta nuestros sueños y anhelos como Nación transformada y transformadora. Que la Navidad y el nuevo año nos ayuden a recobrar la templanza del espíritu, la pasión de la creatividad y la innovación y la convivencia pacífica que nos muestra como un pueblo maduro y unido. Mis mejores deseos y bendiciones a ustedes y sus familias en esta navidad, que el amor y la paz de Dios siempre los acompañe.

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Ante un problema, busquemos soluciones: Reflexión de los resultados de las pruebas PISA en Colombia

En estos días han estado circulando los resultados de las pruebas PISA donde nuestro país ha obtenido un puntaje bajo y es evidente la urgente necesidad de realizar cambios en nuestro sistema educativo. Como docente he tenido la oportunidad en estos 5 años que llevo ejerciendo mi profesión de identificar fortalezas y debilidades que como comunidad debemos trabajar. El siglo XXI se ha caracterizado por los fuertes cambios que como sociedad nos hemos tenido que adaptar, pero al parecer estas adaptaciones no han llegado hasta nuestro sistema educativo. Lamentablemente los métodos implementados o impuestos por nuestro sistema no van a la par de la evolución cognitiva y social que van teniendo los niños y jóvenes, razones por las cuales los resultados obtenidos no deberían sorprendernos. Como país, se debería establecer un equilibrio entre cada una de las necesidades para lograr suplirlas, sin embrago se están desviando de la base que sostiene y promueve la educación, los maestros. Y en este punto quiero aclarar que se está presentando un descuido tanto del Estado como de los propios docentes hacia su profesión. No estoy a favor de las comparaciones, pero es evidente que ser docente en Colombia no se está dignificado como se debería. El instituto para el futuro de la Educación publicó un artículo en el 2019 titulado “El estatus del docente, un análisis global”, ubicando a Colombia en uno de los países donde menos se respeta la profesión. Si analizamos la realidad del sector privado donde en algunos colegios no te ofrecen un salario digno, si contamos la realidad de los docentes del sector público donde su diario vivir es enfrentarse a un salón de mínimo 30 estudiantes donde la clase de una hora debe garantizar aprendizaje significativo, seguridad y emoción. Por otro lado, tenemos a los docentes pasivos, aquellos profesionales que gracias a la “estabilidad” brindada por el Estado no se preocupan por seguir formándose, se desmotivan y se limitan solamente a transmitir y su clase se basa en la transcripción de datos de un tablero o aquellos que creen innovar por proyectar videos a sus estudiantes o peor aun los que solo piensan en que tan larga puede diseñar la actividad para que el estudiante se mantenga ocupado y no moleste durante su clase. Los anteriores son solo algunos de los vacíos que como país estamos presentando, resultados de una desvaloración, mala administración y enfoque de nuestro sistema que sin duda alguna requiere no solo de compromiso de entes gubernamentales sino también de las familias y maestros de cada rincón de país para lograrlo. A continuación, propongo algunas acciones pedagógicas que como comunidad podemos desarrollar: Para concluir, citaré una frase que nos compartió Tina Blythe (investigadora y profesora del proyecto cero de Harvard) cuando asistí este año al congreso internacional de Educación en la ciudad de Bogotá:  “LA ATENCIÓN DE CALIDAD, ES LA FORMA MÁS PURA DE AMOR”.         

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