Este gobierno se ha caracterizado por hacer todo lo que antes criticaba, todo lo que estaba mal, se sigue repitiendo, desde manipulación a congresistas, alianzas con personas cuestionadas en las elecciones, apoyos de políticos tradicionales que antes se criticaban, apoyar a personas como Gregorio Eljach; un político de los de siempre que antes el petrismo odiaba, bajar la guardia en seguridad nacional dándole a los grupos armados las llamadas treguas o ceses al fuego, ser capaz de violar información clasificada con un refrito de Pegasus, salir en eventos públicos aplaudiendo al masacrador Salvatore Mancuso y otras cosas que solo hacen pensar que estamos viviendo el nuevo uribismo pero de izquierda.
Petro y su gobierno ha sido un retaso de improvisación, atrincherado en la izquierda más radical ha logrado colocar en puestos claves del gobierno llámese ministerios a personajes que por su solo sesgo ideológico tendrían cabida en un centro psiquiátrico antes que ser ministro de educación, pero esa barrera la ha roto este gobierno. Tener a una filosofa como ministra de Energía de un país que se verá obligado a importar combustibles es todo lo que está mal, Comenzaremos a importar gas en unos meses gracias a la políticas de Petro y a sus decisiones con las que piensa el, ser un líder internacional cuando no lo es.
Mediante una reforma tributaria a la que adornan con un nombre de ley de financiamiento el gobierno lograra que suban los precios de la gasolina y diésel por impuesto al carbono, subirá IVA a carros híbridos y han logrado que las acciones y la calificación de Ecopetrol se desplome. Pasamos a tener un presidente cuyo mayor logro es celebrar la pavimentación de Tamalameque o entregarles a las juntas de acción comunal la construcción de obras que nos siguen dejando como un país atrasado en infraestructura. Con esta misma ley de financiamiento le apuesta a recaudar más entre la clase media trabajadora. Todo lo que está mal, nunca un gobierno se había entrometido tanto en el proceso de elección de un rector de una universidad, Petro desbloqueó ese nivel al lograr echar para atrás la elección del rector y luego colocar a un profesor amigo de sus políticas en la rectoría.
Este gobierno ha terminado de ser mucho de lo que antes criticaba, con la relevancia de que Uribe en su mejor momento nunca se atrevió a hacer cosas de las que hace Petro. Pero son parecidos en muchas cosas, una de ellas es que twittean todo el día, son una figura que divide el país como enfermedad. Petro criticaba los viajes de Duque y ha sido el presidente más viajero de los últimos años. Su hijo Nicolas, confeso delincuente se dio la gran vida en plenas elecciones con Daysuris, y hoy con fiscal de bolsillo, Petro intenta que Nicolas tenga una pena menos grave y buenas comodidades en un sitio que parezca un palacio, ese donde tantos parapolíticos fueron a dar en investigaciones del entonces senador Petro.
Todo lo que está mal es este gobierno, todo lo que el país debería rechazar, una oportunidad perdida de cambio, que los petristas más radicales dirán que es porque no lo han dejado gobernar. Igual o peor que los uribistas, siempre hemos dicho que los extremos son malos e igual de parecidos, en el 2026 deben tener fecha de vencimiento.