Colombia, un país con liderazgo global por el ambiente

El Gobierno Nacional y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible siguen sorprendiendo a nivel regional e internacional con sus apuestas y logros en encuentros globales en los que se reconoce a Colombia como un protagonista y líder en los asuntos ambientales.

Con el Presidente Gustavo Petro y su Ministra de Ambiente Susana Muhamma Colombia ha logrado sobresalir en espacios de cooperación y negociación internacionales como el de la COP28 de la Convención de Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC).

En primer lugar, en la COP28 Colombia, como país líder en América Latina y el Mundo, tuvo un papel determinante en la puesta en marcha del Fondo de Pérdidas y Daños, el cual busca que los países en desarrollo tengan oportunidades de acceso a recursos para poder enfrentar la crisis climática y sus impactos. Así, se decidió que, según las condiciones que establezcan los países en desarrollo, este fondo será operado por el Banco Mundial[1]. Además, recibirá aportes de distintas fuentes de financiación, así como una inyección de capital cada cuatro años y una estrategia de recaudación de fondos y movilización de recursos financieros nuevos y adicionales.

Vale la pena resaltar que, dado el liderazgo de Colombia, somos uno de los países que trabajará en la operación de este fondo. La base de operación de este fondo es de USD$275 millones, los cuales provienen de las contribuciones de los Emiratos Árabes (USD$100 millones); Alemania (USD$ 100 millones); Reino Unido (£40 millones); Estados Unidos (USD$ 17.5 millones) y; Japón (USD$ 10 millones)[2].

Adicional a este gran avance, Colombia se posicionó como el primer país latinoamericano en apoyar el llamado sobre la no proliferación de combustibles fósiles, que busca crear un tratado que elimine progresivamente la dependencia a los combustibles fósiles en el mundo y, especialmente, en nuestra región. Por ende, el anuncio de este apoyo por parte del Presidente Gustavo Petro, junto a los gobiernos de Vanuatu y Tuvalu, en la COP28 fue un primer paso para el desarrollo de un proceso de incidencia a escala global en este tema[3].

Congruente con este apoyo, durante las negociaciones de la COP28, Colombia lideró y logró la inclusión de la transición de combustibles fósiles en el texto final de esta COP. Por ende, en el documento se acordó invitar a las “cerca de 200 naciones a estudiar, en la próxima actualización de sus NDC (Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional), la inclusión de metas que involucren una transición desde los combustibles fósiles en los sistemas energéticos de los países, buscando cumplir con la carbono neutralidad en 2050”[4].

Este compromiso y liderazgo global se vio respaldado con la presentación del Portafolio de Inversión Climática, con el cual se espera restaurar más de 750 mil hectáreas de bosque; reducir en un 30% la vulnerabilidad nacional ante fenómenos de inundación o sequía y; reducir hasta 20% de las emisiones de Gases Efecto Invernadero a 2026[5]. A través de la inversión público privada, el Portafolio es una oportunidad para aportar a las soluciones climáticas y el Acuerdo de París.

Este portafolio propone una inversión de USD$34 billones en cinco áreas estratégicas: 1)  turismo de naturaleza (USD$4 billones); 2) sistemas productivos sostenibles (USD$3.5 billones); 3) protección y restauración de ecosistemas (USD$8 billones); 4) transición energética justa, incluida la movilidad limpia (USD$14.5 billones) y; 5) adaptación al cambio climático (USD$4 billones)[6]. Por ende, con este portafolio se busca acelerar y promover la transición sostenible en el país, a partir de la participación de las comunidades. Lo que implica el fortalecimiento de la gobernanza climática y la construcción de la paz total que implementa nacionalmente el Presidente Gustavo Petro.

Colombia entonces fue un país líder en la COP28 que no solo desarrolló lo mencionado, sino que a su vez ratificó su compromiso con las soluciones basadas en la naturaleza para hacer frente a la emergencia climática. Esta ratificación se hizo junto a Alemania y el apoyo de Campeones del Clima de Alto Nivel y la Coalición Nature4Climate[7], por lo que representa una oportunidad para que otros países incluyan las soluciones basadas en la naturaleza en sus planes de acción climática. Esto si se tiene en cuenta que dichas soluciones podrían contribuir hasta con un 30% de la mitigación climática necesaria para el año 2050 y ampliar el margen de participación activa por parte de los pueblos indígenas, quienes aportan y pueden aportar más con sus conocimientos y prácticas ante esta emergencia global.

Este liderazgo y compromiso de Colombia en la COP28 además se vio potenciado con el logro de una inversión de USD$34 millones para la Amazonía colombiana por parte de Reino Unido, Noruega y Alemania. Esta inversión, según la Ministra de Ambiente Susana Muhamad, es central para el alcance de que esta región sea la primera con cero deforestación para el 2030[8]. Así, estos recursos internacionales “permitirán avanzar en el desarrollo de la estrategia de contención de la deforestación y fortalecer los lazos con las comunidades en los territorios y los Pueblos Indígenas, que han sido fundamentales para lograr la reducción de la deforestación”[9].

No bastando con estos logros bajo el liderazgo de Colombia, actualmente el país será el anfitrión de la COP16 del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD) durante el 21 de octubre y el 1 de noviembre de 2024[10]. Esta COP será  la primera que se realice luego de la adopción del Marco Mundial de Biodiversidad Global Kunming-Montreal en la COP 15. Aquí los gobiernos tendrán la tarea de revisar el estado de implementación de este Marco Mundial de Biodiversidad. También, se espera que las Partes en la Convención muestren la alineación de sus Estrategias Nacionales de Biodiversidad y Planes de Acción (ENBPA) con el Marco, así como que se desarrolle aún más el marco de monitoreo y se avance en la movilización de recursos para el cumplimiento del Marco Mundial de Biodiversidad Global.

En suma, como magíster en derecho internacional y activista ambiental celebro los avances y el liderazgo de Colombia en el aprovechamiento estratégico de los escenarios globales de negociación y cooperación para el cuidado y la defensa de la vida, así como para enfrentar la emergencia climática de forma responsable y consecuente. Sin duda, se evidencia el compromiso de un gobierno que comprende el problema climático y la pérdida de biodiversidad como ejes centrales para la acción humana y la formulación de políticas públicas acorde al contexto global. Igualmente, se hace evidente una labor con logros concretos y ambiciosos por parte de una de las mujeres y activistas ambientales más comprometidas con la justicia climática: nuestra Ministra de Ambiente Susana Muhamad.


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